El Príncipe Harry y Meghan Markle han despedido a su equipo de relaciones públicas, compuesto por Charlie Gipson y Kyle Boulia, en medio de una serie de contratiempos de reputación. La decisión sigue a un año marcado por una cobertura mediática negativa y críticas públicas.
Fuentes sugieren que la pareja atribuyó la prensa desfavorable a los jefes de comunicación. Esta medida ha provocado un mayor escrutinio del estilo de gestión de Meghan, con informes anteriores que citan un entorno de trabajo exigente.
Las salidas se producen después de una serie de errores de relaciones públicas, incluida una evaluación crítica en Vanity Fair y la recepción decepcionante de su programa de Netflix. Los Sussex están ahora reestructurando su estrategia de comunicación, con el objetivo de un enfoque más tradicional.
Meredith Maines, la nueva directora de comunicaciones, declaró que el cambio hacia el apoyo de una agencia especializada se alinea con las crecientes actividades comerciales y filantrópicas de la pareja. Los recientes cambios ponen de relieve los desafíos que enfrenta la pareja para gestionar su imagen pública.