Un video reciente compartido por Meghan Markle ha encendido una nueva ola de especulaciones, reavivando teorías de conspiración de larga data sobre sus embarazos. El video, que mostraba a la duquesa de Sussex bailando con el príncipe Harry durante las últimas horas de su segundo embarazo, se ha convertido en objeto de intenso escrutinio y críticas.
La publicación del video ha provocado una avalancha de comentarios y acusaciones, con críticos cuestionando todo, desde la apariencia de su vientre hasta la plausibilidad de sus movimientos durante el embarazo. Esto ha resucitado afirmaciones de hace años de que los embarazos de Meghan fueron fabricados, lo que se suma al discurso público en curso sobre la pareja.
Christian Bouzy, amigo de Meghan y empresario tecnológico estadounidense, se ha pronunciado en contra de la campaña de acoso en línea. Expresó su preocupación por el impacto de tal escrutinio en Meghan, particularmente a la luz de sus luchas pasadas con la salud mental durante su primer embarazo. Bouzy destacó el costo emocional de convertir momentos alegres en munición para el odio y el daño social más amplio causado por la proliferación de teorías de conspiración.
Meghan y Harry aún no han abordado públicamente la controversia que rodea al video. Su silencio se alinea con su enfoque establecido para lidiar con las críticas públicas, lo que refleja su decisión de retirarse de sus deberes reales mientras mantienen un cierto grado de privacidad.