La provincia de Gangwon, en Corea, se transforma cada invierno en el escenario vibrante del Festival de Hielo Sancheoneo de Hwacheon, un evento que constituye una profunda inmersión en las costumbres gastronómicas estacionales de la nación. Este encuentro anual ofrece una perspectiva clara de cómo las comunidades se congregan en torno a la abundancia que provee la naturaleza, incluso durante sus meses más gélidos. El núcleo de la celebración reside en la pesca del sancheoneo, o trucha de montaña, una especie muy valorada por su carne de textura fina y sabor puro.
Los participantes, equipados con cañas o incluso empleando sus manos directamente en el agua helada, se involucran en una actividad que demanda paciencia y una conexión directa con el entorno. Esta práctica ancestral funciona no solo como deporte, sino como un método de subsistencia y festejo. Una vez capturado el tesoro acuático, la transformación culinaria es inmediata y comunitaria. Los visitantes tienen la opción de degustar el sancheoneo preparado de dos formas principales: asado a la parrilla, método que intensifica su sabor natural, o servido crudo como sashimi, testimonio de su frescura inigualable. Estos centros de degustación actúan como puntos de encuentro donde la satisfacción se comparte colectivamente, fortaleciendo los lazos sociales a través de una comida conjunta.
Complementando el plato fuerte del festival, los puestos de comida callejera exhiben un repertorio de clásicos invernales coreanos diseñados para calentar el cuerpo y el espíritu. Platos reconfortantes como el tteokbokki (pasteles de arroz picantes) y el hotteok (panqueques dulces rellenos) son fundamentales para sobrellevar el clima frío. Estos alimentos trascienden el mero sustento; son cápsulas de tradición transmitidas generacionalmente, ofreciendo un sabor familiar y un sentido de pertenencia en medio de la multitud.
El Festival de Hielo de Hwacheon, que ha atraído consistentemente a más de un millón de visitantes durante su temporada, se ha consolidado como uno de los eventos invernales más importantes de Asia, captando atención internacional por su carácter único. Reconocido por CNN como una de las "Siete Maravillas del Invierno" y nombrado por The New York Times como uno de los 5 festivales de invierno imperdibles de Asia, su organización demuestra la capacidad humana para convertir un desafío ambiental en una oportunidad de celebración y cohesión social. La infraestructura necesaria para mantener la afluencia de personas y las actividades subraya un compromiso colectivo con la preservación de estas costumbres, recordando que la prosperidad y la alegría se encuentran en la adaptación y el respeto por los ciclos naturales, hallando calidez incluso en el corazón del invierno.
