Lograr un pescado al horno jugoso y lleno de sabor es un arte que combina la selección cuidadosa de ingredientes con técnicas de cocción precisas. La frescura del pescado es primordial; busca piezas firmes con un aroma limpio a mar. Si optas por pescado congelado, asegúrate de descongelarlo lentamente en el refrigerador para preservar su textura. El marinado es un paso clave que no solo realza el sabor, sino que también protege el pescado de la deshidratación durante la cocción. Una mezcla sencilla de jugo de limón o vino blanco con aceite de oliva o mantequilla es suficiente para infundir sabor y mantener la humedad. Los ácidos presentes en el limón o el vino ayudan a ablandar ligeramente las proteínas, mejorando la ternura general del plato.
La temperatura de cocción ideal para el pescado al horno se sitúa entre 180-190°C. Evitar temperaturas excesivamente altas es crucial para prevenir que el pescado se reseque rápidamente. Para pescados enteros, cubrir con papel de aluminio durante los primeros 20 minutos y luego retirarlo para permitir que se dore añade una capa de jugosidad y un acabado atractivo. Los filetes, al ser más delgados, requieren tiempos de cocción considerablemente menores. El pescado al horno se complementa maravillosamente con una variedad de acompañamientos, como verduras de hoja verde, raíces, cebollas, y hierbas frescas como eneldo, perejil, tomillo y romero. El ajo y un chorrito de aceite de oliva virgen extra son adiciones clásicas que realzan la simplicidad y el sabor del plato. La clave para un pescado al horno excepcional reside en la atención a los detalles, desde la frescura del producto hasta la elección de las hierbas y el método de cocción, creando una experiencia culinaria nutritiva y satisfactoria.