La aclamada película de Eugène Green, "El Árbol del Conocimiento", ha realizado su esperado debut en el Fantastic Fest de Texas, tras su estreno mundial. El filme, una coproducción franco-portuguesa, se adentra en la cultura portuguesa a través de una narrativa fantástica que sirve como crítica al fenómeno del turismo masivo y sus implicaciones sociales.
Protagonizada por Rui Pedro Silva en el papel de Gaspar, un adolescente que se ve envuelto en las siniestras actividades de "Ogro", interpretado por Diogo Dória, la película teje una trama donde la explotación y la transformación de turistas en animales para un comercio ilícito se entrelazan con temas de amor y cuidado. La cinta, filmada con un estilo teatral distintivo, presenta a los actores interactuando directamente con la cámara, fusionando lo absurdo con toques de comedia. Una escena que evoca a la Reina María I de Portugal se utiliza como una poderosa metáfora de los "fantasmas" históricos del país, añadiendo capas de profundidad a la narrativa.
Silva, cuya actuación ha sido descrita como magnética y tierna, expresó su entusiasmo por escuchar su idioma resonar a nivel internacional, reflejando un optimismo creciente para el cine portugués. La película, que también cuenta con la participación de Leonor Silveira, João Arrais y Ana Moreira, se alinea con la creciente visibilidad del cine portugués en el escenario global, demostrando su capacidad para abordar cuestiones universales desde una perspectiva local.
Eugène Green, un cineasta neoyorquino afincado en París, conocido por su enfoque poético y filosófico, explora en "El Árbol del Conocimiento" las complejidades de la condición humana y la mercantilización de la cultura, criticando cómo el turismo puede despojar a los lugares de su esencia, convirtiéndolos en meras atracciones de feria. La película se presentará también como clausura de la 23ª edición del festival Doclisboa en octubre de 2025.
"El Árbol del Conocimiento" se distingue por su audaz mezcla de fantasía, crítica social y una profunda reflexión sobre la identidad. El abordaje de Green, que combina humor con una mirada penetrante a las estructuras sociales, ofrece una experiencia cinematográfica que invita a la introspección sobre el impacto del turismo descontrolado, un tema cada vez más relevante en ciudades como Lisboa, que han visto cómo el aumento de visitantes afecta la vida de sus residentes.
La película se consolida como un hito en la cinematografía portuguesa contemporánea, destacando su capacidad para generar diálogo y reflexión a través de narrativas innovadoras y visualmente impactantes. La cinta, con una duración de 100 minutos, es una coproducción de Portugal y Francia.