El 15 de septiembre de 2025, la Tierra fue impactada por una intensa tormenta geomagnética de clase G3, calificada como "fuerte". Este evento solar, que superó las expectativas de las agencias científicas globales, tuvo el potencial de afectar sistemas energéticos, causar fallos en satélites y perturbar sistemas de navegación.
El Laboratorio de Astronomía Solar del Instituto de Investigación Espacial de la Academia Rusa de Ciencias y el Instituto de Física Solar-Terrestre de la Academia Rusa de Ciencias informaron que la magnitud de la tormenta fue inesperada, ya que las predicciones previas solo anticipaban perturbaciones menores de clase G1. La última vez que se registró un evento de intensidad comparable o superior fue a principios de año, los días 1 y 2 de junio. La actividad solar en general se mantiene baja, aunque existe una ligera posibilidad de erupciones solares moderadas aisladas.
Se espera que el viento solar rápido proveniente de un gran agujero coronal continúe afectando la Tierra durante la mayor parte del período, alcanzando su punto álgido el 15 de septiembre, para luego disminuir gradualmente. Las condiciones geomagnéticas se prevén generalmente inestables a activas (Kp3-4) durante el 15 de septiembre, con probabilidades de intervalos de tormenta menor G1 (Kp5) y una pequeña posibilidad de una tormenta moderada aislada G2 (Kp6). A partir del 16 de septiembre, se espera que las condiciones vuelvan a ser mayormente tranquilas a inestables (Kp1-3).
Los científicos enfatizan que las predicciones precisas de la actividad geomagnética solo son posibles con 2 a 3 días de antelación, y la situación puede cambiar en cuestión de horas, por lo que se recomienda seguir las actualizaciones. Las tormentas geomagnéticas, también conocidas como perturbaciones geomagnéticas, son interrupciones en la magnetosfera terrestre causadas por la actividad solar. Ocurren cuando el viento solar, una corriente de partículas cargadas proveniente del Sol, alcanza nuestro planeta e interactúa con su campo magnético.
Se ha observado que las tormentas geomagnéticas pueden tener un impacto en la salud humana, particularmente en el sistema cardiovascular. Estudios sugieren un aumento en la incidencia de infartos de miocardio y otras afecciones cardiovasculares durante estos eventos. Se recomienda a las personas sensibles a los cambios meteorológicos y con problemas cardiovasculares que presten especial atención a su bienestar durante estos días.
La visibilidad de las auroras, como las observadas en latitudes altas, depende de la intensidad de la tormenta y de las condiciones locales. Las tormentas de clase G3, como la experimentada, pueden permitir la visibilidad de auroras en latitudes más bajas de lo habitual, como en el norte de EE. UU. y el Reino Unido.