Una potente tormenta geomagnética continúa afectando la Tierra por tercer día consecutivo, impulsada por velocidades extremadamente altas del viento solar. El Laboratorio de Astronomía Solar del Instituto de Investigación Espacial (IKI) de la Academia de Ciencias de Rusia reportó el jueves 2 de octubre de 2025 que la tormenta, iniciada en la mañana del martes, ha estado activa por más de 50 horas.
Aunque la tormenta ha oscilado principalmente en el rango G1-G3, considerado moderado, ha experimentado picos de intensidad notables. La causa principal de esta perturbación es la elevada velocidad del viento solar, que se mantiene cerca del umbral de 700-800 kilómetros por segundo, alcanzando ocasionalmente valores máximos de 900 km/s, en contraste con la velocidad normal de 300 a 450 km/s. Este evento sigue a una tormenta magnética particularmente fuerte, clasificada como G3+, que comenzó el 30 de septiembre de 2025, siendo la más intensa de los últimos tres meses. Previamente, el 26 y 27 de septiembre de 2025, se registraron tres potentes erupciones solares de clase superior en el Sol.
La actividad solar elevada, incluidas las tormentas magnéticas, tiene el potencial de influir en el bienestar humano. Algunas personas pueden experimentar dolores de cabeza, insomnio o fatiga incrementada. Se aconseja especial precaución a quienes padecen afecciones cardiovasculares durante estos periodos de mayor actividad solar. Aunque los estudios científicos no siempre confirman de forma inequívoca la influencia directa de las tormentas magnéticas en la salud humana, muchos notan un empeoramiento del bienestar durante los períodos de perturbaciones geomagnéticas. Investigaciones recientes sugieren que la frecuencia e intensidad de estas tormentas podrían estar vinculadas a ciclos de actividad solar más amplios, influyendo en la ionosfera terrestre y, potencialmente, en tecnologías de comunicación y navegación, así como en el funcionamiento de satélites, sistemas de radio y sistemas de energía, lo que puede provocar fluctuaciones de voltaje y accidentes. Las líneas eléctricas largas y los transformadores son especialmente vulnerables.
El ciclo solar actual, que comenzó en diciembre de 2019, se caracteriza por esta creciente actividad y se espera que sea más activo que el anterior, lo que ya se confirma por la actividad actual que supera las previsiones y se proyecta que se extienda hasta aproximadamente 2030. La comunidad científica subraya la importancia de monitorear estos eventos para comprender mejor sus repercusiones. La comprensión de estos ciclos solares es crucial para anticipar y mitigar posibles impactos en nuestra vida diaria y en la infraestructura tecnológica. Para obtener información detallada sobre la actividad solar en curso y sus efectos, se recomienda seguir las comunicaciones oficiales de IKI RAS y otras organizaciones científicas acreditadas.