Los científicos se esfuerzan por mejorar el pronóstico de tormentas solares, que actualmente está limitado por la falta de datos integrales sobre las eyecciones de masa coronal (EMC). La orientación del campo magnético de la EMC, particularmente el componente Bz, es crucial para determinar el impacto de la tormenta en la Tierra. La tecnología actual permite la detección del componente Bz solo 1 o 2 horas antes del impacto, lo que deja un tiempo mínimo para prepararse.
El físico solar Valentín Martínez Pillet enfatiza la necesidad de una observación solar más extensa para mejorar el pronóstico del clima espacial. La misión Vigil de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo lanzamiento está programado para 2031 al punto de Lagrange L5, busca abordar este problema. Monitoreará las erupciones solares desde un lado, ayudando a los científicos a detectar la forma, la velocidad y la orientación magnética (Bz) de las EMC entrantes, lo que podría proporcionar un aviso anticipado de hasta una semana.
Los expertos advierten sobre el daño potencial severo de las tormentas solares. El evento Carrington en septiembre de 1859 interrumpió los sistemas de telégrafo, y un cuasi accidente en 2012 podría haber costado billones de dólares. Una cobertura solar mejorada es vital para mitigar los crecientes riesgos asociados con nuestra dependencia de la tecnología. Predecir el componente Bz de las EMC entrantes puede mejorar significativamente la preparación para los efectos de las tormentas solares.