Un estudio revolucionario publicado en Science revela que los primeros eucariotas aparecieron hace no más de 1.8 mil millones de años, evolucionando gradualmente hacia una diversidad estable de vida. Esta investigación, realizada por el Instituto Politécnico de la Universidad de Virginia en colaboración con científicos de Rusia, China y varias universidades estadounidenses, utilizó un catálogo completo de fósiles de huesos y conchas para analizar eucariotas marinos antiguos, organismos cuyas células contienen un núcleo.
El estudio proporciona el examen más detallado de la diversidad del Proterozoico hasta la fecha, abarcando un período de 2.5 mil millones a 539 millones de años. Esta era, caracterizada por la predominancia de pequeños organismos y esponjas sin esqueletos mineralizados, dejó menos fósiles para el estudio. Los investigadores emplearon técnicas avanzadas de correlación gráfica para lograr una mayor resolución temporal, revelando fluctuaciones significativas en la diversidad de especies.
Notablemente, los hallazgos indican que, aunque las especies antiguas evolucionaron más lentamente, su evolución se aceleró tras las glaciaciones globales. El análisis sugiere que las especies eucariotas pudieron haber tardado más en evolucionar en comparación con las especies posteriores. La investigación destaca un período crítico, conocido como el “mil millones aburridos”, durante el cual las tasas de renovación de especies eran notablemente bajas.
Después de dos eventos significativos de glaciación entre 720 y 635 millones de años, el deshielo llevó a un renacimiento rápido de la diversidad eucariota. Los investigadores enfatizan que estos períodos glaciares jugaron un papel crucial en reiniciar las trayectorias evolutivas, impulsando una rápida renovación de las especies eucariotas.
Este estudio plantea preguntas intrigantes sobre el ritmo lento de la evolución eucariota durante el “mil millones aburridos”, los factores que impulsaron la aceleración evolutiva posterior a las glaciaciones, y la posibilidad de una carrera armamentista evolutiva entre organismos. Los autores creen que este nuevo registro permitirá a futuros científicos explorar estas preguntas, enriqueciendo nuestra comprensión de las complejas interacciones de la vida en la Tierra.