Un estudio reciente de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) explora la relación entre la bondad y el bienestar mental, publicado en la revista Emotion. Casi 1,000 adultos en EE. UU., con una edad promedio de 31 años, participaron en la investigación, divididos en dos grupos más un grupo de control.
Los miembros del primer grupo recibieron instrucciones de realizar tres pequeñas acciones de bondad cada semana, como preguntar a un amigo o familiar cómo se encuentra. Al segundo grupo se le pidió que participara en actividades fuera de su rutina que requerían un esfuerzo adicional, como hacer una excursión de un día o darse un capricho con una comida favorita.
Los resultados indicaron que aquellos en el grupo de bondad experimentaron reducciones significativas en la depresión, la ansiedad y la soledad al final de la segunda semana. Por el contrario, quienes se centraron en el autocuidado informaron peores resultados en estas áreas, y los investigadores notaron que este enfoque interno llevó a un aumento de la ansiedad y síntomas depresivos.
El paradoja puede deberse a que la constante auto-reflexión puede atrapar a las personas en un ciclo de auto-monitoreo y una introspección tóxica. Los participantes que realizaron actos de bondad informaron sentirse más conectados socialmente, mientras que aquellos que se centraron en el autocuidado disfrutaron de sus placeres individuales, pero no fomentaron el mismo nivel de conexión.
Si bien el autocuidado es esencial, el estudio sugiere que el grado de atención plena y la naturaleza de la actividad hacen la diferencia. Participar en actos de bondad puede servir como un antídoto más fuerte contra los sentimientos de tristeza, ansiedad y aislamiento.
A medida que continúan las discusiones sobre la salud mental, los hallazgos destacan la importancia de la bondad hacia los demás como un medio significativo para mejorar el bienestar personal.