Investigaciones recientes han arrojado luz sobre las complejas interacciones entre Homo sapiens, neandertales y denisovanos, tres especies humanas que coexistieron en el pasado. Estos estudios ofrecen una visión más detallada de cómo estas especies se relacionaron y contribuyeron a la diversidad genética actual.
Interacciones y mestizaje entre especies humanas
Los análisis genéticos han revelado que Homo sapiens y neandertales compartieron un ancestro común hace aproximadamente 300.000 años. Posteriormente, se produjo un flujo genético entre ambas especies, lo que indica que se cruzaron y tuvieron descendencia fértil. Este mestizaje dejó una huella genética en las poblaciones actuales, especialmente en aquellas de origen no africano, que presentan aproximadamente un 2% de ADN neandertal. Por otro lado, los denisovanos, una especie estrechamente relacionada con los neandertales, también se cruzaron con Homo sapiens, contribuyendo con un pequeño porcentaje al genoma de las poblaciones actuales, especialmente en regiones como Oceanía y el sudeste asiático.
Uso de plantas medicinales por los neandertales
Los estudios arqueológicos han proporcionado evidencia de que los neandertales poseían un conocimiento avanzado de su entorno natural y utilizaban plantas con fines medicinales. En la cueva de El Sidrón, en Asturias, se han encontrado restos de aquilea y camomila en el sarro dental de neandertales, lo que sugiere que estas plantas eran consumidas por sus propiedades curativas. Este hallazgo indica que los neandertales no solo tenían una dieta variada, sino que también comprendían las cualidades terapéuticas de ciertas especies vegetales.
Estos descubrimientos amplían nuestra comprensión sobre las capacidades cognitivas y culturales de los neandertales, desafiando la visión tradicional de que solo Homo sapiens poseía habilidades complejas. La interacción y el mestizaje entre estas especies humanas, junto con su conocimiento del entorno, han sido factores clave en la evolución de la humanidad.