El caso confirmado más antiguo de peste fuera de Eurasia se ha detectado en una antigua momia egipcia. Datando de hace aproximadamente 3,290 años, los restos embalsamados pertenecen a un individuo masculino que probablemente sufría síntomas graves en el momento de su muerte.
La peste bubónica, causada por la bacteria Yersinia pestis, fue notoria durante el siglo XIV, resultando en millones de muertes en Europa. Estudios recientes han encontrado trazas de ADN de Y. pestis en restos prehistóricos, indicando la presencia del patógeno mucho antes de la infame pandemia.
Hasta ahora, todos los ejemplos antiguos de Y. pestis habían sido encontrados en Europa y Asia, incluyendo evidencia en esqueletos de 5,000 años en Rusia. Sin embargo, un equipo de investigadores que analizó una momia en el Museo Egizio en Turín, Italia, ha revelado que la peste también estaba presente en el norte de África durante la Edad de Bronce.
La datación por radiocarbono sitúa la momia a finales del Segundo Período Intermedio o principios del Nuevo Reino. Se encontraron trazas de ADN de Y. pestis tanto en el tejido óseo como en el contenido intestinal, lo que sugiere que la enfermedad ya había avanzado a un estado avanzado cuando el individuo infectado sucumbió.
Los investigadores afirmaron: "Este es el primer genoma prehistórico de Y. pestis reportado fuera de Eurasia, proporcionando evidencia molecular de la presencia de peste en el antiguo Egipto, aunque no podemos inferir cuán extendida estaba la enfermedad durante este tiempo." Este hallazgo fue presentado en la Reunión Europea de la Asociación de Paleopatología a principios de este año.
A pesar de la falta de claridad sobre la prevalencia de la peste en el antiguo Egipto, estudios anteriores han sugerido posibles brotes a lo largo del Nilo. Por ejemplo, hace más de dos décadas, los investigadores encontraron pulgas en un sitio arqueológico en Amarna, donde vivían los trabajadores que construyeron la tumba de Tutankamón.
Dado que las pulgas son los principales portadores de la bacteria, los investigadores comenzaron a sospechar que la peste bubónica podría haber existido en el antiguo Egipto. Esta hipótesis se fortalece con un texto médico de 3,500 años llamado el Papiro de Ebers, que describe una enfermedad que "ha producido un bubo, y el pus se ha petrificado." Algunos investigadores creen que la peste pudo haberse propagado por pulgas que viajaban en ratas del Nilo, antes de cruzar a ratas negras que se escondían en antiguos barcos y llevaron la peste negra por el mundo.
Hasta ahora, sin embargo, esta teoría carecía de una prueba contundente que demostrara que la enfermedad estaba presente en el antiguo Egipto.