Los científicos están recreando los olores de los planetas para comprender mejor su composición. Marina Barcenilla, científica espacial de la Universidad de Westminster, lidera los esfuerzos para reconstruir los olores planetarios utilizando composiciones moleculares conocidas.
Júpiter, un gigante gaseoso, tiene un perfil de aroma complejo debido a sus diferentes capas de nubes. Según Barcenilla, la capa superior de nubes huele a orina de gato, mientras que las capas más profundas hacen una transición a huevos podridos, gasolina y un toque de ajo. Estos olores variables se deben a la presencia de hielo de amoníaco, sulfuro de amonio y moléculas orgánicas llamadas tolinas.
Se cree que Titán, la luna más grande de Saturno, emite una fragancia que recuerda a almendras dulces, gasolina y pescado podrido. Al recrear estos olores, los científicos pretenden hacer que la composición química de estos mundos distantes sea más identificable y comprensible tanto para la comunidad científica como para el público. El ejercicio ayuda a traducir datos abstractos en experiencias sensoriales.