Astrónomos capturan un chorro de plasma sin precedentes de un agujero negro distante

Editado por: Vera Mo

El 13 de enero de 2025, investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) informaron sobre hallazgos significativos en relación a una galaxia ubicada a aproximadamente 270 millones de años luz en la constelación de Draco. Esta galaxia alberga un agujero negro supermasivo y ha sido objeto de observaciones internacionales continuas, incluyendo contribuciones del IAC.

Las observaciones han revelado el lanzamiento de un chorro de plasma que se desplaza a casi un tercio de la velocidad de la luz, junto con fluctuaciones inusuales y rápidas en las emisiones de rayos X. Eileen Meyer, profesora asociada de la Universidad de Maryland, señaló que el núcleo de la galaxia comenzó a mostrar cambios a finales de 2017, marcado por un importante estallido de luz visible, ultravioleta y de rayos X.

Tras un período de actividad reducida, se detectó un aumento de rayos X de baja energía en 2022, lo que llevó a nuevas observaciones que indicaron un aumento atípico en las emisiones de radio. José Acosta, investigador del IAC, destacó que a pesar de la intensa actividad en varios rangos de energía, las emisiones visibles se mantuvieron casi constantes de 2022 a 2024, principalmente influenciadas por la población estelar de la galaxia.

Los esfuerzos de imagen de alta resolución revelaron la formación de chorros de plasma en tiempo real a ambos lados del agujero negro, con una masa equivalente a 1,4 millones de masas solares. Esta observación en tiempo real de la formación de chorros es sin precedentes, según Meyer.

Cruciales para estos descubrimientos fueron las observaciones realizadas desde varios observatorios de las Islas Canarias, particularmente con el Gran Telescopio Canarias (GTC) en el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma. Además, el satélite XMM-Newton, dirigido por Megan Masterson del Instituto Tecnológico de Massachusetts, identificó variaciones extremadamente rápidas en las emisiones de rayos X del núcleo de la galaxia entre julio de 2022 y marzo de 2024, con un brillo que oscilaba regularmente antes de estabilizarse inesperadamente.

Los colaboradores en esta investigación incluyen a la Universidad de Maryland, la NASA y el IAC, con contribuciones de los investigadores José Acosta Pulido y Josefa Becerra González. El estudio sugiere que los fenómenos observados pueden implicar la presencia de una enana blanca de baja masa, un remanente estelar que orbita cerca del horizonte de eventos del agujero negro mientras desprende parte de su materia.

Los hallazgos desafían las nociones existentes sobre el comportamiento de los agujeros negros, indicando que la materia puede no ser consumida de manera tan sencilla, lo que sugiere potencialmente una fuente de ondas gravitacionales.

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