Un equipo de investigación utilizó el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA para estudiar los chorros eyectados por agujeros negros, descubriendo hallazgos sorprendentes.
David Bogensberger, autor principal del estudio, declaró: "Demostramos un nuevo enfoque para estudiar los chorros, y creo que hay mucho trabajo interesante por hacer." Los agujeros negros, que antes eran construcciones teóricas hace 50 años, son ahora fenómenos observables.
La tecnología actual ha permitido capturar numerosas imágenes de agujeros negros a través de telescopios de radio en la Tierra, contribuyendo a una vasta colección de datos que mejora con los avances en las capacidades de los telescopios. Los agujeros negros supermasivos, que son millones a miles de millones de veces más masivos que nuestro Sol, residen en el centro de casi todas las grandes galaxias del universo.
Caer en un agujero negro resulta en una muerte segura, ya que el material cósmico que se acerca a un agujero negro alcanza un punto de no retorno. Sin embargo, los científicos han notado un comportamiento inusual en los bordes de los discos de acreción de los agujeros negros, donde el material que gira rápidamente se comporta de manera inesperada.
Una pequeña fracción de este material puede cambiar de dirección repentinamente, lo que lleva a la eyección de partículas de alta energía al espacio en forma de chorros que se extienden en direcciones opuestas. El mecanismo subyacente de este proceso sigue siendo desconocido, pero estos chorros son extremadamente brillantes y son detectables en rayos X.