Un estudio reciente de World Weather Attribution (WWA) ha revelado que el cambio climático inducido por el ser humano ha multiplicado por 40 la probabilidad de olas de calor extremas y los incendios forestales asociados en la Península Ibérica durante el verano de 2025. Estas condiciones meteorológicas fueron, además, un 30% más intensas en comparación con la era preindustrial.
El verano de 2025 fue uno de los más devastadores en cuanto a incendios forestales en la historia reciente de la Península Ibérica. España y Portugal sufrieron la destrucción de más de 640.000 hectáreas, lo que representa aproximadamente dos tercios de la superficie quemada en toda Europa durante ese año. Los siniestros se cobraron la vida de al menos ocho personas y forzaron la evacuación de más de 35.000 residentes.
El análisis de WWA, basado en datos meteorológicos observados, concluye que sin la influencia del calentamiento global, eventos de esta magnitud ocurrirían solo una vez cada 500 años. Con el nivel actual de calentamiento, se espera que sucedan cada 15 años. Expertos señalan la urgencia de mejorar las prácticas de gestión del territorio, incluyendo el pastoreo, las quemas controladas y la limpieza de vegetación, como medidas clave para mitigar el riesgo de futuros incendios.
En respuesta a la creciente frecuencia e intensidad de estos desastres, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha propuesto un plan de 10 puntos enfocado en la mejora de la preparación ante desastres naturales exacerbados por el cambio climático. Este plan incluye una mayor coordinación con Portugal y Francia, subrayando la necesidad imperante de combatir el cambio climático y de implementar medidas preventivas para minimizar el impacto de futuras olas de calor e incendios.
La investigación también destaca que el abandono rural y el envejecimiento de la población en ciertas áreas de España y Portugal han llevado a una acumulación de vegetación en los bosques, incrementando la cantidad de combustible disponible para los incendios. La Unión Europea ha señalado que Europa se está calentando al doble de la velocidad del promedio mundial desde la década de 1980. La ola de calor de 16 días que afectó a España en agosto fue descrita por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) como la más intensa registrada, con temperaturas promedio 4,6°C superiores a lo normal.
Ante esta situación, se enfatiza la importancia de la gestión forestal sostenible y la necesidad de que las políticas forestales se alineen con los planes climáticos nacionales y europeos, priorizando la diversidad y resiliencia de los bosques frente a sequías y olas de calor.