Un estudio reciente publicado en Nature Ecology & Evolution revela una disminución alarmante en las poblaciones de aves tropicales, con estimaciones que varían entre el 25% y el 38% desde 1980. La investigación atribuye esta tendencia al calor extremo inducido por el cambio climático, que ha hecho que los días peligrosamente calurosos sean aproximadamente diez veces más frecuentes para estas especies. El análisis, que abarcó datos de más de 3.000 poblaciones de aves a nivel mundial entre 1950 y 2020, destaca que la exposición a temperaturas elevadas tiene un impacto desproporcionado en las regiones tropicales.
Estas áreas, que albergan casi la mitad de todas las especies de aves del mundo, están experimentando una mayor frecuencia de días de calor extremo, pasando de un promedio de tres días al año a treinta días en la actualidad. Esta intensificación del calor es el principal impulsor de la mortalidad, la reducción de la fertilidad y la alteración de los comportamientos reproductivos, superando incluso los efectos de la deforestación y la destrucción del hábitat en estas regiones. Un ejemplo contundente proviene de la Amazonía brasileña, donde un estudio de 27 años observó que un aumento de tan solo 1°C en las temperaturas de la estación seca se correlacionó con una disminución del 63% en las tasas de supervivencia de ciertas especies de aves. Este fenómeno desafía la noción de que las selvas tropicales prístinas actúan como refugios inalterables frente al cambio climático, demostrando que incluso estos ecosistemas están siendo profundamente afectados.
Las consecuencias de este estrés térmico se ven agravadas por otros factores ambientales. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que las olas de calor extremo, a menudo acompañadas de incendios forestales y una calidad del aire degradada, representan una crisis global que afecta a millones de personas. La OMM advierte que el calor extremo es un "asesino silencioso" y que cada muerte relacionada con el calor es prevenible mediante sistemas de alerta temprana y planes de acción. La investigación subraya la urgencia de implementar estrategias de mitigación del cambio climático a nivel global. Si bien la protección del hábitat sigue siendo crucial, los hallazgos indican que sin abordar la causa raíz del calentamiento global, los esfuerzos de conservación podrían ser insuficientes para proteger la rica avifauna tropical. La necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se presenta como un imperativo para salvaguardar la biodiversidad y asegurar la supervivencia de estas especies frente a un clima cada vez más hostil.