Irrupción Ártica Causa Frío Severo y Nevadas en los Pirineos tras el Paso de la Borrasca Claudia

Editado por: Tetiana Martynovska 17

Un frío glacial el 21 de noviembre en los Pirineos, aquí en Les Angles, con nieve y vientos fuertes. Hace -12°C a 2000 m de altitud, con una sensación térmica por viento de -20°C.

Una marcada irrupción de aire de origen ártico alcanzó su punto máximo el viernes, 21 de noviembre de 2025, inyectando condiciones gélidas y precipitaciones en forma de nieve, impactando fundamentalmente la cordillera de los Pirineos. Este evento invernal se produjo después del paso de la borrasca Claudia, que previamente había generado lluvias intensas e incluso inundaciones en otras áreas de la Península Ibérica.

Durante el pico de la intrusión, las temperaturas registradas en las cumbres pirenaicas, específicamente a 2.500 metros de altitud, se situaron entre -13°C y -14°C, evidenciando la fuerza de la masa de aire frío procedente de latitudes septentrionales. Este descenso térmico generalizado se produjo en un contexto donde las temperaturas en gran parte del centro y norte del país se encontraban entre 8°C y 12°C por debajo de los valores normales para mediados de noviembre. Las condiciones de viento fueron igualmente intensas, con rachas que superaron los 100 kilómetros por hora en puntos clave como Ulldeter y Portbou, generando un severo efecto de sensación térmica en las zonas altas y en el norte del Alt Empordà hasta el mediodía del sábado.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) había emitido avisos naranjas y amarillos por nieve, viento y bajas temperaturas mínimas, concentrando el mayor impacto entre el jueves y el viernes de esa semana. La acumulación de nieve fresca fue significativa en altitudes medias y elevadas, reportándose entre 8 y 15 centímetros en cotas intermedias, con depósitos localizados que excedieron los 20 a 30 centímetros por encima de los 2.400 metros. Este fenómeno de nevadas notables en los Pirineos, junto con la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico, se caracterizó por cotas de nieve que llegaron a descender hasta los 800 metros en la mitad occidental de la península.

El cese de la fase más cruda del episodio ártico se concretó el sábado, momento en el cual la llegada de un frente atlántico más templado, a partir del domingo, reanudó las precipitaciones en la región pirenaica. Este cambio atmosférico implicó un ascenso notable de la cota de nieve, situándose por encima de los 1.500 metros, marcando el fin de la intrusión polar. Posteriormente, vientos de componente oeste impulsaron las temperaturas máximas hacia los 20°C en la zona sur de la Península Ibérica, contrastando con el frío extremo precedente.

En un marco climático más amplio, el macizo pirenaico enfrenta un desafío de calentamiento a largo plazo: su temperatura ha aumentado 1,9 °C desde 1960, un ritmo de calentamiento un 30% superior al promedio global, según el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC). Este evento de frío extremo en noviembre de 2025 contrasta con la tendencia progresiva hacia inviernos más suaves y un mayor riesgo de sequías e incendios en la cordillera. La gestión de estos fenómenos extremos, tanto el frío repentino como el calentamiento sostenido, constituye un desafío clave para las 46 entidades científicas y administrativas que apoyan el proyecto europeo LIFE-SIP Pyrenees4Clima.

Fuentes

  • Ara en Castellano

  • Eltiempo.es

  • COPE

  • Heraldo de Aragón

  • El Periódico de Catalunya

  • Cadena SER

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