La Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) del Pentágono está investigando un número creciente de avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNIS), particularmente orbes metálicos, cerca de instalaciones militares estadounidenses. Entre diciembre de 2022 y junio de 2025, se registraron más de 8.000 informes de OVNIs en Estados Unidos, de los cuales 422 describen esferas metálicas con características desconcertantes.
Estos fenómenos, observados frecuentemente en las primeras horas de la madrugada (entre la 1 y las 4 a.m.), se han concentrado en las proximidades de bases militares clave, incluyendo Fort Hamilton en Nueva York, la Base de la Fuerza Aérea de Los Ángeles en California y la Reserva Militar de Papago en Arizona. Más de 360 de estos informes están vinculados a estas ubicaciones. Los testigos, que incluyen civiles, pilotos y personal militar, describen estos orbes como objetos que flotan silenciosamente antes de acelerar a velocidades extremas sin dejar rastro.
Si bien la AARO ha desestimado muchos de estos avistamientos como fenómenos naturales o aeronaves convencionales, un número significativo de casos permanece sin resolver, principalmente debido a la falta de datos concluyentes. El Dr. Sean Kirkpatrick, exdirector de la AARO, ha indicado que, aunque no hay pruebas de vida extraterrestre, la agilidad y capacidad de evasión de estos objetos podrían sugerir la presencia de drones avanzados o tecnología de potencias extranjeras operando en territorio estadounidense.
Un caso particularmente intrigante es el de la "Esfera de Buga", recuperada en Colombia en marzo de 2025. Investigadores de la UNAM confirmaron la presencia de material similar a fibra óptica en su composición, identificando elementos como silicio, oxígeno y zinc, lo que sugiere un posible uso como sensores o para comunicación óptica. Adicionalmente, un físico del MIT ha corroborado un pico de energía anómalo emitido por el objeto, un fenómeno que desafía las leyes físicas conocidas. A pesar de estas observaciones, la autenticidad de la Esfera de Buga sigue siendo objeto de debate, con algunos investigadores sugiriendo que podría ser un proyecto artístico humano.
La naturaleza de estos orbes metálicos modernos evoca paralelismos históricos con los llamados "foo fighters", esferas luminosas reportadas por pilotos de la Segunda Guerra Mundial. Estos avistamientos de mediados del siglo XX describían objetos que se movían con una velocidad y maniobrabilidad inusuales, a menudo sin propulsión visible, un patrón que resuena con las descripciones actuales. La persistencia de estos fenómenos a través de décadas, a pesar de los avances tecnológicos, subraya la complejidad y el misterio que rodean a estos encuentros aéreos.
La creciente documentación de estos orbes metálicos plantea interrogantes fundamentales sobre la seguridad nacional y la comprensión de fenómenos que trascienden nuestra tecnología actual. Mientras la AARO continúa su labor de recopilación y análisis, la naturaleza exacta de estos objetos y su propósito siguen siendo un enigma, invitando a una exploración más profunda de las capacidades tecnológicas y las realidades que se manifiestan en nuestros cielos.