Investigaciones recientes han revelado la existencia de ecosistemas marinos complejos en las profundidades del océano Pacífico, específicamente en las fosas de Kuril-Kamchatka y las Aleutianas. Estos ecosistemas se encuentran a profundidades superiores a los 9,500 metros y están compuestos por comunidades marinas que prosperan en condiciones extremas, como la oscuridad total y la falta de oxígeno.
Los organismos que habitan estos ecosistemas incluyen moluscos, gusanos tubícolas y peces abisales. Estos seres vivos sobreviven gracias a la simbiosis con microorganismos que metabolizan compuestos como el metano y el sulfuro de hidrógeno, generando compuestos orgánicos esenciales para su nutrición. Este hallazgo sugiere que la vida en las profundidades marinas puede estar sustentada por procesos geoquímicos internos, en lugar de depender únicamente de la materia orgánica proveniente de la superficie.
Este descubrimiento amplía nuestro entendimiento sobre la adaptabilidad de la vida en condiciones extremas y plantea nuevas preguntas sobre la posibilidad de vida en otros planetas con ambientes similares. Además, resalta la importancia de proteger estos ecosistemas vulnerables ante posibles amenazas como la minería submarina, que podría afectar a miles de especies recién descubiertas en el Pacífico.