En un descubrimiento innovador, investigadores portugueses han desenterrado fósiles de hongos gigantes de 300 millones de años de antigüedad en Anadia, distrito de Aveiro.
Estos fósiles, hallados en las formaciones geológicas de la cuenca de Bussaco, representan una forma gigante, previamente desconocida, de esporas fúngicas micorrízicas.
La especie recién descubierta, denominada 'Megaglomerospora lealiae', es la espora más grande documentada para la división Glomeromycota del reino Fungi.
A pesar de su pequeño tamaño, alrededor de 1,6 milímetros de diámetro, estos fósiles eran gigantes entre las esporas de Glomeromycetes.
Este descubrimiento marca el primer registro de un hongo endomicorrízico encontrado en el período Carbonífero en la Península Ibérica.
La investigación, publicada en la revista internacional Geobios, destaca el papel crucial que las asociaciones simbióticas desempeñaron en la estructuración de los ecosistemas terrestres hace 300 millones de años.
El estudio proporciona información importante sobre las interacciones entre hongos y plantas, profundizando nuestra comprensión de los procesos ecológicos que formaron la flora paleozoica.
La nueva especie está dedicada a Fernanda Leal, una estudiante de doctorado que contribuyó a la clasificación de los hongos fósiles.