Pando, un colosal organismo ubicado en Utah, EE.UU., se cree que es la entidad viviente más antigua de la Tierra, con una edad estimada entre 16,000 y 80,000 años. Aunque puede parecer un bosque típico de álamos, Pando es, de hecho, una raraza biológica notable.
Compuesto de brotes clonales genéticamente idénticos que emergen de un sistema de raíces compartido, Pando es un solo organismo que ha sobrevivido desde la última Edad de Hielo, adaptándose a cambios climáticos y geológicos a lo largo de los milenios. Con un peso de aproximadamente 13 millones de toneladas, no solo es el organismo más grande del mundo, sino también uno de los más pesados y longevos.
Determinar la antigüedad exacta de Pando ha planteado desafíos para los científicos. Un equipo de investigación de la Universidad de Chicago analizó más de 500 muestras de ADN de varias partes del organismo para rastrear mutaciones genéticas acumuladas. Estos hallazgos, junto con el análisis de polen fósil, sugieren que Pando existió cuando los humanos cazaban mamuts, o incluso antes de que nuestra especie abandonara África.
A diferencia de los árboles individuales que se reproducen sexualmente, Pando se regenera asexualmente. Si un brote muere, el sistema de raíces produce nuevos tallos, permitiendo que este organismo se perpetúe indefinidamente, siempre que las condiciones ambientales lo permitan. Sin embargo, Pando enfrenta amenazas significativas para su supervivencia.
Los ciervos y el ganado consumen los brotes jóvenes, obstaculizando la regeneración. La ausencia de depredadores naturales como lobos y pumas ha exacerbado este problema. Además, Pando lucha contra enfermedades y el deterioro natural de su sistema de raíces, con imágenes aéreas que revelan un declive progresivo en ciertas áreas.
A pesar de estos desafíos, Pando desempeña un papel crucial en el ecosistema local al conservar el suelo, retener agua y almacenar carbono, contribuyendo así a la estabilidad ambiental. También sirve como hábitat y fuente de alimento para diversas especies animales y vegetales.
Los conservacionistas están trabajando activamente para salvar a Pando, implementando medidas como cercas para proteger los brotes jóvenes del pastoreo y reintroduciendo mecanismos naturales de control, incluidos depredadores.