Excavaciones cerca de Macquarie Harbor en Tasmania occidental han descubierto los restos de un "bosque polar" de 53 millones de años, revelando una gran cantidad de fósiles de plantas tropicales, incluyendo dos especies de coníferas previamente desconocidas.
Este hallazgo proporciona valiosas perspectivas sobre la evolución de las selvas del sur durante la época Eocena, un período caracterizado por temperaturas globales significativamente más altas. Según Miriam Slodownik, paleobotanista de la Universidad de Adelaida, "Este descubrimiento ofrece perspectivas raras sobre un tiempo en el que las temperaturas globales eran mucho más altas que hoy en día."
Durante el Eoceno, Tasmania estaba situada más cerca del Polo Sur, pero un clima global cálido permitió que exuberantes bosques prosperaran en estas regiones. Los hallazgos sugieren que a medida que los continentes se separaron, las plantas tropicales del bosque polar migraron hacia el norte, contribuyendo a las selvas que vemos hoy.
Los investigadores excavaron más de 400 fósiles de plantas, identificando 12 especies diferentes, incluyendo parientes de árboles icónicos australianos como los pinos Kauri y Wollemi. Notablemente, dos especies extintas fueron nombradas en la lengua aborigen de Tasmania, en honor a los habitantes indígenas de la tierra.
Los análisis indican cómo estas plantas se adaptaron para prosperar en condiciones cálidas y sin hielo, incluso en medio de cambios estacionales extremos cerca del círculo polar. A medida que la Tierra se enfrió y las regiones polares se cubrieron de glaciares, la masa terrestre que hoy conocemos como Australia se desplazó hacia el norte, llevando a la evolución de la diversa flora que se encuentra hoy en Australia.
En general, estos fósiles de plantas antiguas no solo destacan la diversidad del bosque tasmaniano, sino que también reflejan cambios climáticos y tectónicos más amplios que han dado forma a nuestro planeta a lo largo de millones de años.