En un descubrimiento notable en los Alpes italianos, el cambio climático está revelando fósiles antiguos a medida que los glaciares y campos de nieve se derriten. Investigadores que utilizan helicópteros están explorando un rico mundo fósil a altitudes de 3,000 metros, ofreciendo una visión sin precedentes de la flora y fauna de épocas pasadas.
Situado en el Parque Valtellina Orobie en Lombardía, los científicos han descubierto huellas de 280 millones de años de antigüedad preservadas en la roca. Entre los hallazgos se encuentran impresiones delicadas de dedos y marcas de largas colas móviles. Incluso las impresiones de olas y marcas de gotas de lluvia de lodo prehistórico se han mantenido intactas, revelando los intrincados detalles de la vida antigua.
El 13 de noviembre, el Museo de Historia Natural de Milán presentó estos espectaculares descubrimientos en una conferencia de prensa. Las primeras huellas fósiles fueron descubiertas por la excursionista Claudia Steffensen a una altitud de 1,700 metros, quien reportó sus hallazgos a su amigo, el fotógrafo de naturaleza Elio Della Ferrera. Della Ferrera envió posteriormente imágenes de los fósiles a los paleontólogos del museo.
Desde el verano de 2023, Della Ferrera y el equipo de investigación han fotografiado y mapeado cientos de huellas fósiles que continúan emergiendo a casi 3,000 metros. El equipo también ha encontrado abundante material prehistórico en depósitos de deslizamientos de tierra más bajos.
En fragmentos de roca estratificada, se han identificado huellas de tetrápodos (reptiles y anfibios) e invertebrados (insectos, artrópodos). Estas huellas datan del período Pérmico, que duró desde aproximadamente 298.9 millones hasta 251.9 millones de años atrás y finalizó con un evento de extinción masiva.
Según el paleontólogo Cristiano Dal Sasso, las huellas más grandes encontradas pertenecen a criaturas que medían entre 2 y 3 metros de largo, existiendo mucho antes de que los dinosaurios recorrieran la Tierra. Las huellas fósiles revelan un rico tapiz de vida, con al menos cinco especies de animales diferentes identificadas en algunas superficies.
El sedimentólogo Ausonio Ronchi explicó que estas huellas se formaron cuando las areniscas y esquistos aún estaban compuestos de arena y barro saturados de agua, ubicados en las orillas de ríos y lagos que se secaban estacionalmente. El sol de verano endurecía las superficies, permitiendo que nuevos sedimentos cubrieran las huellas y las preservaran durante millones de años.
Además de las huellas de animales, la región de Val d'Ambria también ha producido fósiles raros de frondas de plantas, fragmentos de tallos y semillas, proporcionando una visión crítica de un período de calentamiento global hace cientos de millones de años. Este antiguo calentamiento, causado por erupciones volcánicas, llevó a la fusión de las capas polares y a la aparición de entornos tropicales, que favorecieron a los reptiles sobre los anfibios y contribuyeron a la extinción de muchas otras especies.