El águila imperial ibérica, que estuvo al borde de la extinción, está experimentando una notable recuperación en España, gracias a extensos esfuerzos de conservación. En los años 80, se registraron menos de 40 parejas de esta especie endémica, lo que llevó a una acción urgente por parte de naturalistas y conservacionistas.
A lo largo de los años, estrategias de conservación coordinadas, protecciones legales y financiación del programa LIFE de la UE han aumentado significativamente la población del águila. Para 2021, el número de águilas imperiales ibéricas alcanzó las 841 parejas, con la esperanza de superar las mil para finales de 2024.
A pesar de este éxito, persisten desafíos. Las principales amenazas para la especie incluyen colisiones con líneas eléctricas y envenenamiento ilegal, que aún representan tasas de mortalidad significativas. Además, el cambio climático representa un riesgo creciente, exacerbando sequías e incendios forestales en hábitats críticos como el Parque Nacional de Doñana.
Con la estabilización y el crecimiento de la población, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha reclasificado a la especie de 'en peligro' a 'vulnerable', destacando la importancia de continuar los esfuerzos de conservación para asegurar su futuro.