El declive del oso andino (Tremarctos ornatus), una especie vulnerable en América Latina, ha suscitado preocupaciones urgentes en la comunidad científica. Las estimaciones actuales sugieren que solo quedan entre 2,500 y 10,000 osos andinos adultos en la naturaleza, amenazados principalmente por la deforestación masiva y los crecientes conflictos con las poblaciones locales debido a la pérdida de hábitat.
En Ecuador, un proyecto de conservación tiene como objetivo no solo proteger a estos osos, sino también comprender los factores humanos que contribuyen a su declive. Involucrar a las comunidades locales es central para la iniciativa, que busca desarrollar soluciones mutuamente beneficiosas. Un ejemplo incluye la promoción de cultivos alternativos como la vainilla, que puede proporcionar ingresos a las comunidades sin necesidad de deforestar.
Otro aspecto crítico del proyecto es el reconocimiento legal de las tierras de las comunidades locales. Muchas personas en Sudamérica viven y trabajan en tierras sin títulos legales. El equipo colabora con el Ministerio de Medio Ambiente y el gobierno provincial para facilitar el proceso de documentación necesario, garantizando así la seguridad legal para las comunidades locales.
Una estrategia innovadora consiste en extender los derechos de la naturaleza a los propios osos andinos. Esta disposición, ya presente en la constitución ecuatoriana, ha permitido en el pasado acciones legales a favor de la protección de la biodiversidad y podría ahora utilizarse para conferir protecciones legales específicas a los osos. La Dra. Joanna Smallwood destacó cómo las leyes sobre los Derechos de la Naturaleza en Ecuador han sido cruciales para proteger hábitats sensibles y oponerse a prácticas dañinas como la minería, y podrían ahora reconocer a los osos andinos como seres sintientes con derechos que permitan acciones legales directas para preservar sus hábitats.
Este enfoque integrado no solo busca salvaguardar a los osos andinos, sino que también promueve soluciones justas y equilibradas para las comunidades locales involucradas. Por lo tanto, el proyecto se presenta como una iniciativa que trasciende la conservación de la vida silvestre, abogando por una visión más amplia que respete tanto los derechos naturales como humanos a lo largo del Corredor del Oso Andino.