Una investigación del Pentágono reveló que el gobierno de EE. UU. utilizó desinformación para ocultar el desarrollo de la tecnología de cazas furtivos, contribuyendo a las teorías de conspiración OVNI. Esto se hizo para proteger el secreto del programa de cazas furtivos F-117 en el Área 51, un sitio ultrasecreto en el desierto de Nevada.
En la década de 1980, un coronel de la Fuerza Aérea difundió fotos manipuladas de lo que parecían ser platillos volantes en un bar cerca del Área 51. Esto fue parte de un esfuerzo mayor para engañar al público sobre las actividades reales en el sitio. El objetivo era hacer creer a la gente que el ejército estaba probando tecnología alienígena en lugar de desarrollar aviones furtivos avanzados.
Las acciones del Pentágono, incluida la omisión de hechos clave en un informe de 2024, han alimentado las teorías de conspiración. Los subcomités de Supervisión de la Cámara han cuestionado los hallazgos del informe. El uso de desinformación por parte del gobierno se remonta a la década de 1950, cuando los funcionarios permitieron los mitos OVNI para proteger la seguridad nacional.
El secreto que rodea el programa furtivo, una ventaja crítica contra la Unión Soviética, condujo a la difusión de mitos. El público tiene derecho a saber lo que hace el gobierno, pero las preocupaciones de seguridad nacional a menudo conducen a información clasificada. La investigación involucró entrevistas con funcionarios estadounidenses, científicos y contratistas militares.