Un equipo internacional de investigación, liderado por científicos chinos, ha realizado un descubrimiento sin precedentes en las profundidades del Océano Pacífico. Durante una expedición en julio de 2025, exploraron las fosas de Kuril-Kamchatka y Aleutianas, documentando por primera vez ecosistemas quimiosintéticos completamente desarrollados a profundidades de hasta 9.533 metros. Estos hallazgos, publicados en la revista Nature, amplían significativamente nuestra comprensión sobre la resiliencia y adaptabilidad de la vida en condiciones extremas.
Estos ecosistemas únicos prosperan en la oscuridad total y bajo presiones aplastantes, dependiendo de la quimiosíntesis en lugar de la fotosíntesis. Microorganismos, como bacterias y arqueas, convierten el metano y el sulfuro de hidrógeno que emanan del lecho marino en energía, formando la base de una cadena alimentaria que sustenta a comunidades complejas. Los organismos dominantes observados incluyen gusanos tubícolas, con densidades de hasta 5.800 por metro cuadrado, y almejas, algunas de las cuales podrían ser especies aún no descritas por la ciencia. La expedición, que abarcó aproximadamente 2.500 kilómetros de la extensión de las fosas, reveló que estos ecosistemas quimiosintéticos son más extensos de lo que se pensaba anteriormente. El sumergible Fendouzhe realizó 23 inmersiones, encontrando vida próspera en 19 de ellas, lo que subraya la importancia de la tecnología avanzada para estudiar estas regiones inexploradas. Los hallazgos tienen implicaciones de gran alcance para la biología marina y la astrobiología, sugiriendo la posibilidad de vida similar en océanos de otros cuerpos celestes. La investigación también destaca el papel crucial de estos ecosistemas en el ciclo del carbono, con pruebas de laboratorio indicando que los microbios son los principales productores de metano en estas profundidades, impulsando el suministro de energía en lugar de la geología.