Ubicado entre los glaciares Amorphous y Boulder Clay en la Antártida, el Lago Enigma es un cuerpo de agua que regularmente experimenta temperaturas alrededor de siete grados Fahrenheit. Durante el invierno, puede descender hasta -41 grados.
Durante mucho tiempo, los expertos creyeron que el remoto lago estaba completamente congelado y era inadecuado para la vida, ya que se formó durante un período de clima más cálido. Sin embargo, nuevas evidencias han mostrado que algunas formas de vida microbiana pueden sobrevivir en estas condiciones inhóspitas.
El Consejo Nacional de Investigación de Italia, a través del Instituto de Ciencias Polares, lideró un equipo de investigadores en la "XXXV Expedición Italiana a la Antártida", que tuvo lugar entre noviembre de 2019 y enero de 2020. Utilizaron un radar de penetración de suelo para detectar la presencia de agua líquida bajo la superficie congelada del lago.
El agua se encontró bajo capas de hielo que oscilaban entre 11 y 36 pies de profundidad, con una profundidad de al menos 39 pies. Los investigadores emplearon un sistema de perforación térmica a medida para obtener muestras de agua sin contaminarlas, que luego fueron analizadas en el laboratorio.
Las pruebas de laboratorio confirmaron un total de 21 filos bacterianos y eucariotas en el hielo de superficie del Lago Enigma, junto con capas de columnas de agua estratificadas y alfombrillas microbianas. Ejemplos de la microbiota descubierta incluyen Pseudomonadota, Actinobacteriota y Bacteroidota.
El descubrimiento más sorprendente fue el de Patescibacteria, que se caracterizan por un genoma pequeño y funciones metabólicas mínimas. Estas bacterias han adoptado un estilo de vida simbiótico o depredador, dependiendo completamente de las células huésped procariotas.
El equipo de investigación teorizó que el lago estuvo una vez lleno de organismos vivos antes de que se formara una capa de hielo permanente hace unos 14 millones de años. Las especies actuales son probablemente descendientes de aquellas que vivieron en un antiguo ecosistema próspero.
Los investigadores concluyeron que la microbiota sellada por el hielo del Lago Enigma representa un legado persistente de su antiguo ecosistema microbiano. Ocupan diferentes niveles tróficos dentro de una red alimentaria acuática simple, contribuyendo a las dinámicas ecológicas únicas del lago.
A pesar de que se esperaba que el lago se hubiera secado hace mucho tiempo, su existencia continua sugiere que hay una fuente de agua desconocida.