Pupy, la última elefanta que vive en el antiguo zoológico de Buenos Aires desde 1993, se está preparando para un viaje de 2700 kilómetros a un santuario en Mato Grosso, Brasil. Este traslado marca un paso significativo hacia su libertad después de décadas en cautiverio.
Durante cinco días, especialistas del Ecoparque y del santuario trabajaron para entrenar a Pupy para que entrara en una caja de hierro hecha a medida para su transporte. A diferencia de Mara, otra elefanta que estaba acostumbrada a viajar debido a sus antecedentes circenses, Pupy está más acostumbrada al entorno del zoológico, lo que dificulta el proceso.
El entrenamiento implica refuerzo positivo, utilizando frutas, alfalfa y bambú como recompensas para animarla a entrar en la caja. El viaje se realizará con un equipo de cuidadores, veterinarios y expertos, incluido el director del Santuario de Elefantes, Scott Blaise, y Ramiro Reyno, del Ecoparque.
El traslado de Pupy forma parte de un movimiento más amplio para poner fin a la exhibición de elefantes en cautiverio, impulsado por la Fundación Franz Weber (FFW). La mudanza no se trata solo de Pupy, sino de cómo elegimos relacionarnos con la naturaleza y el legado que dejamos como sociedad.