Un ejemplar de pudú, uno de los ciervos más pequeños del mundo, ha nacido recientemente en un bioparque en Argentina, mostrando esfuerzos significativos de conservación para proteger especies en peligro.
Ubicado a 60 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, el Bioparque Temaikén se dedica a la recuperación de la biodiversidad. El pudú, clasificado como vulnerable tanto a nivel internacional como nacional, es endémico de las regiones del sur de Argentina, especialmente en Neuquén, Chubut y Río Negro.
Los expertos del bioparque informaron que este pudú nació tras una gestación de siete meses, pesando poco más de un kilogramo. Esta especie es conocida por su diminuto tamaño, alcanzando aproximadamente 50 centímetros de altura y pesando alrededor de 10 kilogramos como adultos. El joven pudú está actualmente en período de lactancia y comenzará a comer alimentos sólidos después de aproximadamente 20 días.
Las amenazas para el pudú incluyen la degradación del hábitat, la competencia con especies invasoras como los jabalíes y la depredación por perros domésticos. El bioparque enfatiza la importancia de la educación pública sobre el rol del pudú en el ecosistema y la necesidad de su preservación.
Con una población estimada en declive hacia 10,000 individuos, el bioparque está realizando investigaciones sobre la biología reproductiva y la historia natural del pudú. Cada animal en Temaikén está microchipeado para su monitoreo y cuidado, asegurando su bienestar y contribuyendo al conocimiento científico.