Por primera vez, los científicos han medido directamente el rango auditivo de las ballenas minke, descubriendo que esta especie puede detectar sonidos de alta frecuencia de hasta 90 kilohertz (kHz). Este estudio innovador revela que las ballenas minke tienen una sensibilidad auditiva mucho mayor de lo que se creía anteriormente.
Los hallazgos sugieren que las ballenas de barbas, los mamíferos más grandes del planeta, pueden verse aún más afectadas por el ruido oceánico de origen humano de lo que se reconoce actualmente. Históricamente, se han excluido de consideraciones regulatorias debido a rangos auditivos subestimados.
Se han planteado preocupaciones sobre los impactos del ruido antropogénico en los mamíferos marinos, especialmente con eventos de varamiento de ballenas de alto perfil vinculados a la actividad de sonar naval. Como resultado, se ha avanzado significativamente en el desarrollo de criterios y umbrales para evaluar los efectos de dicho ruido en los mamíferos marinos.
Los investigadores han propuesto utilizar cambios de comportamiento, daños auditivos y otros efectos físicos como indicadores del impacto del ruido. Sin embargo, establecer umbrales claros ha resultado desafiante debido a las variadas respuestas de diferentes especies de mamíferos marinos a la exposición al ruido.
Los audiogramas, que ilustran la sensibilidad auditiva de un animal, son cruciales para identificar las frecuencias sonoras que afectan a los mamíferos marinos. Si bien existen audiogramas para al menos una especie en la mayoría de los grupos principales de mamíferos marinos, no se han creado para las ballenas de barbas.
Para comprender mejor cómo el ruido oceánico impacta a las ballenas de barbas, los investigadores desarrollaron un novedoso método de captura y liberación para mantener temporalmente a ballenas minke adolescentes (Balaenoptera acutorostrata) para realizar pruebas de potencial evocado auditivo (AEP). Estas pruebas estiman la sensibilidad auditiva midiendo señales eléctricas producidas en el cerebro en respuesta al sonido.
Al aprovechar un canal natural entre dos islas en Noruega y un sistema de barreras de red, los investigadores contuvieron a dos ballenas minke adolescentes durante su migración hacia el norte. A pesar de la suposición de que las ballenas de barbas son exclusivamente especialistas en audición de baja frecuencia, el estudio descubrió que las ballenas minke pueden detectar frecuencias de 45 a 90 kHz, un rango mucho más amplio de lo que se entendía anteriormente en función de su anatomía auditiva y las frecuencias a las que vocalizan.