Estudio revela que las ballenas confunden el plástico con alimento, amenazando su supervivencia

La contaminación por plástico es un grave problema para la vida marina, especialmente para las ballenas. Cada año, aproximadamente 14 millones de toneladas de plástico entran en los océanos, haciendo que muchas criaturas marinas lo confundan con alimento.

Un estudio reciente de la Universidad de Duke, publicado en el Marine Pollution Bulletin, destaca que las ballenas son engañadas por su propia ecolocalización. Cuando las ondas sonoras rebotan en los desechos plásticos, se asemejan a las señales devueltas por presas, como los calamares.

Los investigadores probaron varios tipos de plástico encontrados en el estómago de ballenas muertas utilizando frecuencias de sonar similares a las emitidas por las propias ballenas. Los resultados mostraron que los ecos del plástico se asemejan mucho a los de las presas reales, especialmente en el caso de las películas de plástico. Esta confusión presenta serios riesgos fisiológicos y toxicológicos para las ballenas.

Las ballenas ya están en riesgo debido a diversas actividades humanas. Muchos cetáceos varados mueren como resultado de acciones humanas, incluida la caza indiscriminada y el enredo en redes de pesca. Por ejemplo, la ballena franca del Atlántico Norte (Eubalaena glacialis), que puede crecer hasta 17 metros y pesar hasta 80 toneladas, está en peligro crítico. La situación es alarmante, ya que se matan alrededor de 40,000 ballenas azules al año, lo que resalta la urgente necesidad de esfuerzos de conservación.

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