El 30 de julio de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 50% a las importaciones brasileñas, con efecto a partir del 6 de agosto. Esta medida ha generado tensiones significativas en las relaciones comerciales entre ambos países.
La decisión de Estados Unidos se basa en preocupaciones sobre prácticas comerciales consideradas injustas y en la situación judicial del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, quien enfrenta cargos relacionados con un presunto intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. El gobierno estadounidense ha expresado su descontento con el tratamiento judicial de Bolsonaro, calificándolo de persecución política.
En respuesta, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha condenado la medida, afirmando que Brasil defenderá su soberanía y la independencia de sus instituciones judiciales. Lula ha advertido que, si las negociaciones no avanzan, Brasil podría aplicar medidas recíprocas bajo la Ley de Reciprocidad Comercial, que permite imponer aranceles similares a los de Estados Unidos.
La imposición de estos aranceles afecta a diversos sectores económicos brasileños, incluyendo la exportación de café, carne y productos energéticos. Las autoridades brasileñas están evaluando el impacto económico y considerando estrategias para mitigar los efectos adversos en sus industrias y mercados laborales.
Este desarrollo subraya la complejidad de las relaciones comerciales internacionales y la influencia de factores políticos internos en las decisiones económicas. Las negociaciones entre Estados Unidos y Brasil continúan, con la esperanza de encontrar soluciones que beneficien a ambas naciones y eviten una escalada en las tensiones comerciales.