La tasa de inflación anual de Turquía continuó su tendencia a la baja por octavo mes consecutivo, cayendo al 42,12% en enero. Sin embargo, a pesar de esta disminución desde el 44,38% de diciembre, la inflación mensual alcanzó el 5,03%, superando las expectativas del mercado que apuntaban a un 4,35%. Este aumento se atribuyó a un aumento significativo del salario mínimo y a ajustes de precios a principios de año.
El Instituto de Estadística de Turquía (TurkStat) informó que los sectores de educación, vivienda y salud experimentaron los mayores aumentos de precios sobre una base mensual. Los honorarios de los hospitales públicos y privados por los servicios de salud aumentaron un 233% y un 543%, respectivamente, contribuyendo a un aumento del 23,6% en los precios de la salud.
Los funcionarios explicaron que la inflación mensual más alta de lo esperado se debió principalmente a factores estacionales. Sin embargo, destacaron que la gestión de precios, alineada con los objetivos establecidos, había permitido alcanzar la tasa de inflación mensual de enero más baja en cuatro años. El Ministro de Hacienda y Finanzas expresó su confianza en que la inflación seguiría disminuyendo, citando las políticas implementadas y el equilibrio de la demanda a través de medidas centradas en la oferta.
Los economistas anticipan una nueva reducción de las tasas de interés por parte del Banco Central de la República de Turquía (CBRT) de 250 puntos básicos en marzo. Esta predicción está supeditada al mantenimiento de la inflación dentro de los límites de las expectativas establecidas por el CBRT. Si la inflación supera estas proyecciones, el ciclo de reducción de tasas podría ralentizarse o incluso detenerse.
Las preocupaciones sobre una posible desaceleración de las reducciones de las tasas de interés en el contexto de una liquidación del mercado mundial desencadenada por los aranceles estadounidenses llevaron a una caída de las acciones de los bancos turcos el lunes. Los analistas atribuyeron esta caída a las incertidumbres en torno al proceso de reducción de las tasas de interés y a las crecientes preocupaciones sobre la inflación.
El gobierno prevé que la inflación continuará su trayectoria descendente y alcanzará alrededor del 20% para finales de año. Esta perspectiva optimista se alinea con su compromiso con la desinflación, ilustrado por un aumento limitado de los impuestos sobre los combustibles para el mes de enero. Los expertos reconocieron que un aumento de la inflación mensual era previsible teniendo en cuenta el aumento sustancial del salario mínimo implementado a principios de año.