La pintoresca localidad portuguesa de Loriga, enclavada en el municipio de Seia, ha alcanzado un reconocimiento internacional de gran calibre al ser incluida en el prestigioso listado de los «Mejores Pueblos Turísticos del Mundo 2025», una distinción otorgada por la Organización Mundial del Turismo (UNWTO). Este galardón, cuya validez se extiende por un periodo de tres años, no solo celebra la belleza escénica del lugar, sino que también subraya el firme compromiso de las áreas rurales con el desarrollo económico y social sostenible, cimentado en la salvaguarda de su patrimonio singular e irremplazable. La inclusión de Loriga en esta selecta red global pone de relieve la eficacia de sus estrategias de gestión turística.
El honor conferido a Loriga resalta cómo la actividad turística puede ser empleada como una herramienta poderosa para la conservación de la identidad cultural, el fomento de la diversidad y la protección rigurosa de la biodiversidad circundante. Este logro no es exclusivo de Loriga, sino que refleja una tendencia positiva en el país luso. Portugal demostró su riqueza paisajística y su compromiso con la sostenibilidad al obtener premios adicionales dentro de esta misma iniciativa. Junto a Loriga, también fueron galardonadas Mértola, situada en la región del Alentejo, y Vila Nogueira de Azeitão. Este triple reconocimiento evidencia la rica variedad y la calidad de los paisajes rurales que ofrece la nación portuguesa.
La iniciativa de la UNWTO, que vio la luz en el año 2021, tiene como propósito fundamental identificar y destacar aquellos asentamientos donde el turismo actúa como un verdadero catalizador del progreso local. Desde su puesta en marcha, el programa ha mantenido un proceso de selección sumamente estricto. En el año inaugural, 2021, se seleccionaron 44 aldeas procedentes de 20 países distintos, lo que demuestra tanto la amplia cobertura geográfica del proyecto como la rigurosidad de los criterios aplicados. Loriga superó un complejo proceso de evaluación que consideró mucho más que sus atractivos visuales.
Para ser seleccionada, la localidad tuvo que demostrar excelencia en indicadores concretos de gobernanza, calidad de infraestructura y, crucialmente, el nivel de implicación y participación activa de la comunidad local. Este enfoque integral asegura que el crecimiento turístico beneficie directamente a los residentes y no se limite a ser una explotación superficial de los recursos naturales. La UNWTO busca modelos replicables donde la sostenibilidad no sea solo una meta, sino una práctica cotidiana y medible en el tiempo.
El reconocimiento sitúa a Loriga dentro de una red internacional privilegiada que exhibe las mejores prácticas globales en el ámbito del turismo rural. Esto actúa como una señal inequívoca para los viajeros que buscan experiencias significativas y auténticas, garantizando que el destino cumple con altos estándares de calidad y adhiere firmemente a los principios del turismo sostenible. Para los visitantes, Loriga representa una promesa de viaje consciente y respetuoso con el entorno, lejos de los circuitos masificados.
El respaldo constante de los habitantes y las autoridades locales a destinos como Loriga es la clave que valida la construcción exitosa de un sistema virtuoso. En este modelo, el desarrollo económico se convierte en un medio para la preservación, asegurando que el valioso patrimonio local se mantenga intacto para las generaciones futuras, en lugar de sucumbir a la degradación. Loriga se erige, por tanto, como un ejemplo paradigmático de cómo conjugar prosperidad y conservación en el ámbito rural, demostrando que el crecimiento puede ir de la mano con la protección del legado cultural y natural.