Un estudio reciente publicado en PLOS Biology revela que una breve siesta de 20 minutos puede mejorar significativamente las habilidades para resolver problemas complejos. Investigadores de la Universidad de Hamburgo encontraron que el sueño profundo ayuda a establecer conexiones mentales que no se perciben mientras se está despierto.
El experimento involucró a 90 participantes que realizaron una tarea de seguimiento de puntos. Después de una siesta de 20 minutos, se monitoreó la actividad cerebral utilizando electroencefalografía (EEG). Aproximadamente el 71% de los participantes experimentaron un momento de "eureka", descubriendo un truco para simplificar la tarea. Aquellos que alcanzaron el sueño N2 mostraron una tasa de éxito del 86%, en comparación con el 56% despiertos y el 64% en el sueño N1.
Los patrones de EEG mostraron que una pendiente espectral más pronunciada, relacionada con un sueño más profundo, se correlacionaba con la inspiración repentina. Los hallazgos respaldan la idea de que el sueño, especialmente una siesta corta que alcanza la fase N2, puede impulsar la creatividad y la resolución de problemas. Los expertos creen que estas micro-siestas pueden ser una herramienta útil para fomentar la creatividad y la introspección.
En España, donde la siesta es una tradición arraigada en muchas regiones, este estudio podría ser especialmente relevante. En países de Latinoamérica, como México o Argentina, donde el ritmo de vida también es acelerado, entender cómo optimizar el rendimiento cognitivo es crucial. La investigación ofrece una perspectiva valiosa sobre cómo podemos mejorar nuestra productividad y bienestar, integrando el descanso en nuestra rutina diaria.