Repensar el elogio: cómo un nuevo enfoque en la crianza fortalece la confianza de los niños

Editado por: Liliya Shabalina

Por qué el tradicional «¡bien hecho!» no funciona como creemos

Criar niños seguros de sí mismos, emocionalmente resilientes y autónomos es uno de los principales objetivos de los padres de hoy en día. Queremos que nuestros hijos se sientan amados y exitosos, por lo que naturalmente los elogiamos por sus logros: «¡Qué bonito dibujo!», «¡Buen trabajo!», «¡Eres increíble!»

Pero, ¿alguna vez te has preguntado si este tipo de elogios realmente tiene el efecto que esperamos? La psicóloga clínica Dra. Becky Kennedy propone un enfoque completamente diferente y más profundo para la motivación, uno que ayuda a los niños no solo a sentirse bien, sino también a desarrollar una autoestima saludable.

¿Cómo afecta el elogio a los niños?

El elogio parece inofensivo, pero a largo plazo puede hacer que los niños busquen validación externa en lugar de aprender a valorar sus propios esfuerzos. Cuando un niño se acostumbra a escuchar «¡bien hecho!», empieza a depender de las palabras de los demás para confirmar su valor, en lugar de desarrollar su propio juicio.

La Dra. Kennedy lo explica de la siguiente manera: «Cuando decimos “buen trabajo”, la conversación se termina. El niño entiende que todo ya ha sido evaluado y no necesita pensar en cómo logró ese resultado». Este hábito hace que los niños se centren más en la opinión de los demás que en su propia sensación de logro.

Un nuevo enfoque del elogio: hacer preguntas en lugar de evaluar

En lugar de decir automáticamente «¡bien hecho!», intenta entablar una conversación con tu hijo sobre lo que ha logrado. Haz preguntas que le ayuden a reflexionar sobre sus emociones, esfuerzos y motivaciones:

En lugar de decir «¡Qué bonito dibujo!» prueba con:
– ¿Cómo elegiste estos colores?
– ¿Qué fue lo que más disfrutaste del proceso de dibujo?
– ¿Cómo te sientes al ver tu obra terminada?

En lugar de decir «¡Buen trabajo!» prueba con:
– ¿Cómo resolviste este problema?
– ¿Cuál fue la parte más difícil y cómo la superaste?
– ¿De qué parte de tu trabajo te sientes más orgulloso?

En lugar de decir «¡Eres muy talentoso!» prueba con:
– ¿Cómo practicaste para lograr hacerlo tan bien?
– ¿Qué es lo que más disfrutas de esta actividad?
– ¿Qué parte de este proceso te pareció más divertida?

¿Por qué es importante?

Cuando los niños comienzan a analizar su propio trabajo, aprenden a reconocer sus habilidades, a sentirse orgullosos de sus esfuerzos y a valorar el proceso en sí, no solo el resultado final. Esto fortalece la confianza interna, que no depende de la aprobación de los demás, algo especialmente importante en un mundo donde las redes sociales fomentan la validación externa constante.

La Dra. Kennedy también explica que este enfoque ayuda a los niños a ser más resilientes ante la ansiedad y la depresión. Cuando una persona aprende a evaluarse a sí misma, se vuelve menos vulnerable a las opiniones externas y más capaz de afrontar los fracasos.

¿Cómo aplicarlo en la vida diaria?

  1. Observa con qué frecuencia dices «¡bien hecho!» o frases similares. Presta atención a tu lenguaje y trata de reemplazar los elogios por preguntas.

  2. Interésate genuinamente por el proceso, no solo por el resultado. Pregunta a tu hijo cómo llegó a sus decisiones, qué lo inspiró y qué emociones experimentó.

  3. Crea un ambiente en el que tu hijo aprenda a sentirse orgulloso de sus propios esfuerzos. Recuérdale que el éxito no es solo ganar o alcanzar un resultado perfecto, sino también esforzarse, superar desafíos y crecer.

Conclusión

Repensar el elogio no significa dejar de apoyar a los niños, sino fortalecer ese apoyo. Este enfoque les ayuda a sentirse no solo amados, sino también verdaderamente valorados, sin depender de la opinión de los demás. Comienza hoy mismo a hacer preguntas en lugar de dar elogios automáticos, y verás cómo tu hijo se abre, gana confianza y disfruta de su propio progreso.

¡Pruébalo hoy! ¿Qué preguntas le harás a tu hijo en lugar de simplemente decir «¡bien hecho!»?

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