Neurobiología: Cómo las reacciones corporales se anticipan al pensamiento en situaciones de estrés
Editado por: Elena HealthEnergy
Las respuestas fisiológicas del organismo ante circunstancias que generan tensión a menudo se manifiestan antes de que el individuo tenga la oportunidad de procesarlas de forma consciente. Este fenómeno revela la mecánica profunda de la percepción humana y los mecanismos de supervivencia que se fundamentan en el sistema de detección de amenazas del cerebro. Comprender esta secuencia de eventos abre la puerta a una gestión más sutil del estado interno y a la mejora de la calidad de las decisiones tomadas, prestando atención consciente a los impulsos corporales.
El neurobiólogo Joseph LeDoux ha explicado detalladamente que, al registrarse un peligro potencial, la señal alcanza la amígdala —el centro de alerta de emergencia—, desencadenando modificaciones físicas, como el aumento del ritmo cardíaco, incluso antes de que la porción racional del cerebro, la corteza prefrontal, logre involucrarse en el proceso. LeDoux acuñó una frase muy perspicaz: «En esencia, primero sentimos y luego pensamos». Este ancestral mecanismo de autoprotección puede ser activado hoy en día por factores tan cotidianos como la presión laboral. La amígdala, que forma parte del antiguo sistema límbico, se encarga de procesar la información sensorial ante una amenaza y de determinar su peligrosidad real.
Desarrollando esta interconexión entre emoción y cuerpo, el también neurobiólogo Antonio Damasio introdujo la fundamental noción de los «marcadores somáticos». Estos son sensaciones físicas que operan como orientadores en el proceso de elección. El trabajo de Damasio, particularmente su hipótesis del marcador somático expuesta en su obra *El error de Descartes*, demuestra de manera contundente que las emociones desempeñan una función central en la toma de decisiones, frecuentemente de modo inconsciente.
Las manifestaciones físicas, como la sensación de opresión en el pecho o un nudo en el estómago, pueden servir como una señal de advertencia sobre la inconveniencia de una determinada opción, influyendo directamente en las acciones subsiguientes. Damasio recalcó que estos marcadores son percepciones internas ligadas al cuerpo (el «soma»). Sus investigaciones demostraron que las emociones constituyen la base imprescindible para la cognición social y el autoconocimiento.
La conciencia plena de estas respuestas corporales instantáneas permite a la persona realizar una pausa reflexiva y evaluar la situación con detenimiento, en lugar de reaccionar bajo el influjo del impulso. Esto facilita una administración más armoniosa del mundo interior y promueve la adopción de disciplinas como el yoga y la meditación, destinadas a fortalecer el vínculo con las señales físicas. Es más, diversos estudios indican que en casos de ansiedad crónica, la conexión entre la amígdala y la corteza prefrontal puede debilitarse, permitiendo que el sistema de «alarma» actúe sin freno. Comprender la interacción cuerpo-mente durante esta fase pre-racional es la clave para vivir el momento presente de forma más consciente y eficaz.
Fuentes
The Yucatan Times
What to Do When You Are in Your Head
Stress: It’s Not All in Your Head
When the Body Speaks
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