El reciente Premio Ig-Nobel de Medicina 2024 ha despertado interés con un estudio que revela que los placebos que causan efectos secundarios dolorosos son percibidos como más efectivos que aquellos sin efectos. Realizado por investigadores del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf, este estudio arroja luz sobre la compleja relación entre las expectativas del paciente y los resultados del tratamiento.
El Dr. Lieven A. Schenk, parte del equipo de investigación, explica que su objetivo era explorar cómo los efectos secundarios influyen en las expectativas del paciente, lo que a su vez puede afectar la percepción del dolor. En su experimento, los pacientes recibieron un spray nasal que creían que era un analgésico. Algunos recibieron un placebo con una leve sensación de ardor, mientras que otros recibieron uno sin efectos secundarios.
Curiosamente, los pacientes informaron que el placebo con la sensación desagradable era más efectivo. Este hallazgo desafía las prácticas clínicas convencionales, donde los placebos generalmente carecen de efectos secundarios para medir con precisión la eficacia de un tratamiento.
El Dr. Schenk sugiere que entender esta dinámica podría remodelar el diseño de ensayos clínicos, especialmente para tratamientos con efectos secundarios notables. Incluir sensaciones similares en los placebos podría ayudar a neutralizar las variaciones del efecto placebo, llevando a resultados más confiables.
Esta investigación no solo provoca risas, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre las complejidades psicológicas del dolor y la curación.