Arqueólogos han descubierto nueva evidencia de canibalismo en la cueva de Gran Dolina, ubicada en la Sierra de Atapuerca. El hallazgo se realizó durante la campaña de excavación de 2025.
El equipo del IPHES-CERCA descubrió una vértebra cervical perteneciente a un niño de entre dos y cuatro años. El hueso presenta marcas de corte precisas, lo que sugiere una decapitación intencional. Según los investigadores, las marcas son similares a las encontradas en restos de animales procesados para consumo.
La Dra. Palmira Saladié, investigadora del IPHES-CERCA y codirectora de la excavación, junto con el Dr. Andreu Ollé, destacó la importancia del hallazgo. "Este caso es particularmente notable, no solo debido a la edad del niño, sino también debido a la precisión de las marcas de corte", explicó la Dra. Saladié. "Es evidencia directa de que el niño fue procesado como cualquier otra presa".
Este descubrimiento se suma a hallazgos anteriores en el nivel TD6 de Gran Dolina, donde se encontraron restos de Homo antecessor con una antigüedad de aproximadamente 850.000 años. Estos restos también presentaban marcas de canibalismo.
Los investigadores encontraron diez restos humanos en julio, atribuidos a Homo antecessor. Algunos de estos huesos muestran fracturas intencionales y marcas de descarne, similares a las observadas en huesos de animales consumidos en el sitio. Esto apoya la teoría de que el canibalismo era una práctica sistemática entre los Homo antecessor, posiblemente para obtener nutrientes o controlar el territorio.
El IPHES, fundado en 2004, es una institución dedicada a la investigación en paleoecología humana y evolución social. El instituto forma parte del programa CERCA de la Generalitat de Catalunya.