La Reserva Federal está supervisando de cerca el impacto económico de los cambios de política de la nueva Administración en materia de comercio, inmigración, política fiscal y regulación. Estas políticas, aún en evolución, introducen una incertidumbre significativa en las perspectivas económicas.
La Fed reconoce que los aumentos arancelarios anunciados son mayores de lo previsto, lo que probablemente conducirá a una mayor inflación y a un crecimiento económico más lento. El banco central está preparado para responder según sea necesario para mantener la estabilidad de precios y el máximo empleo.
La principal preocupación de la Fed es mantener las expectativas de inflación a largo plazo bien ancladas, asegurando que cualquier aumento temporal de los precios no se traduzca en un problema de inflación persistente. La Fed equilibrará sus objetivos de doble mandato, considerando la distancia de cada objetivo y los horizontes temporales para cerrar esas brechas.
Por el momento, la Fed está bien posicionada para esperar una mayor claridad antes de considerar cualquier ajuste a su postura política. La Fed continuará analizando los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos.