En todo Estados Unidos, se llevaron a cabo manifestaciones en respuesta a las políticas del presidente Trump. Las protestas se extendieron desde la ciudad de Nueva York hasta Anchorage, Alaska.
Los manifestantes expresaron su preocupación por los derechos civiles, las cuestiones constitucionales y la posible extralimitación del gobierno. Algunas protestas se hicieron eco del espíritu de la Guerra de la Independencia, oponiéndose a la tiranía percibida.
Los temas específicos planteados incluyeron las políticas de inmigración, los recortes a los programas sociales y los enfrentamientos con los tribunales federales. Los participantes expresaron temores sobre el futuro y el impacto en las generaciones más jóvenes.
En varios lugares, los manifestantes portaron carteles y corearon consignas contra la administración de Trump. Expresaron su solidaridad con los inmigrantes y su preocupación por el poder ejecutivo.
También se plantearon preocupaciones sobre el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros. Los manifestantes enfatizaron la importancia del debido proceso para todas las personas en el país.