Tras la victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris en las elecciones presidenciales de 2024, las tensiones dentro del Partido Demócrata han aumentado. La campaña de Harris gastó un monto sin precedentes de 1,5 mil millones de dólares en solo 15 semanas, lo que equivale a un promedio de 100 millones de dólares por semana. Este gasto extravagante incluyó pagos significativos a figuras de alto perfil como Oprah Winfrey, quien recibió 2,5 millones de dólares por un evento de town hall.
Además, la campaña de Harris hizo una donación de 500,000 dólares a la National Action Network de Al Sharpton antes de una entrevista en MSNBC, lo que planteó preocupaciones éticas sobre la relación entre la campaña y los medios. Críticos, incluida Megyn Kelly, han condenado esto como una violación de la ética periodística, sugiriendo que socava la integridad de la información.
La inclusión de la exrepresentante republicana Liz Cheney en la estrategia de campaña de Harris también ha provocado la ira dentro del partido. Muchos demócratas creen que esta decisión alienó a votantes potenciales y no logró los beneficios electorales previstos.
A medida que el Partido Demócrata lidia con las implicaciones de la derrota de Harris, las discusiones sobre estrategia de campaña, gestión financiera e influencia de los medios continúan dominando las conversaciones entre los miembros del partido.