Luanda - El ministro de Asuntos Exteriores de Angola, Téte António, inició el lunes una visita de 48 horas a China para asistir a la Conferencia Ministerial de Coordinadores para la Implementación de los Resultados del Foro sobre Cooperación China-África (FOCAC) en Changsha.
La reunión de alto nivel reúne a representantes de países africanos y China para supervisar y coordinar la implementación de los compromisos asumidos durante las cumbres del FOCAC.
Estas reuniones se celebran estratégicamente entre las principales cumbres del FOCAC, normalmente cada tres años, para ajustar las estrategias y proyectos de cooperación en función de las necesidades cambiantes de los países africanos y las prioridades de la política exterior china.
El objetivo es refinar la coordinación bilateral y multilateral, garantizando la implementación efectiva de los proyectos y preparando la próxima cumbre del FOCAC mediante la definición de temas prioritarios.
Desde 2007, Angola ha sido el mayor socio comercial de China en África, con volúmenes comerciales que alcanzaron los 24.800 millones de dólares en 2010. Diez años después, el valor del comercio con China aumentó un 61 por ciento, alcanzando los 5.550 millones de dólares. En 2018, China aprobó una nueva línea de financiación de 2.000 millones de dólares.
Esta asociación se basa en la igualdad y los beneficios mutuos, contribuyendo al desarrollo de ambos países y ayudando a establecer un nuevo orden político y económico internacional, promoviendo la democratización de las relaciones internacionales.
En Angola, China está involucrada en diversas áreas de la vida económica y social, con una fuerte presencia en la formación de personal, habiendo sido fundamental en la construcción y equipamiento del Centro Integrado de Formación Tecnológica (CINFOTEC) en la provincia de Huambo, y de la Academia Diplomática Venâncio de Moura en Luanda, así como becas para jóvenes angoleños.
Las relaciones entre Angola y China se remontan a 1983 y alcanzaron su punto álgido a partir del año 2000, cuando el gigante asiático comenzó a conceder préstamos al país para la reconstrucción de infraestructuras destruidas por la guerra y para impulsar la economía nacional.