La administración Trump ha anunciado planes para reducir el número de personal de USAID de más de 10.000 a 294, según fuentes de Reuters. La medida ha provocado protestas y una demanda, lo que genera preocupación por el impacto en los programas humanitarios globales.
La decisión, que entra en vigor a partir de la medianoche del viernes, ha dejado a cientos de contratistas internos despedidos y programas vitales en el limbo. Entre los programas afectados se encuentra PEPFAR, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA, que depende en gran medida de la financiación de USAID.
Los manifestantes se reunieron frente al Departamento de Estado de los Estados Unidos el jueves, expresando su oposición a los recortes. Charles King, director ejecutivo de Housing Works, una organización sin fines de lucro dedicada a combatir el SIDA y la falta de vivienda, declaró que el grupo estaba bloqueando una intersección para exigir la financiación continua de PEPFAR.
La Federación Americana de Empleados del Gobierno y la Asociación Americana del Servicio Exterior presentaron una demanda el jueves, buscando bloquear el cierre de USAID, alegando que es inconstitucional e ilegal y que está causando una crisis humanitaria global.
La administración Trump ha declarado su intención de fusionar USAID con el Departamento de Estado, pero esto requiere la aprobación del Congreso. USAID brindó ayuda a aproximadamente 130 países en 2023, muchos de los cuales se ven afectados por conflictos y pobreza.