La UNRWA se enfrenta a una amenaza existencial por la prohibición israelí y los recortes de financiación de Estados Unidos

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) se enfrenta a una «amenaza existencial» debido a la prohibición israelí de sus operaciones y la suspensión continua de la financiación estadounidense. El Comisionado General de la UNRWA, Philippe Lazzarini, durante una visita a Beirut el jueves, declaró que la agencia tiene como objetivo continuar sus operaciones a pesar de los desafíos. La prohibición de Israel, implementada la semana pasada, ha obligado al personal internacional de la UNRWA a abandonar Jerusalén Este debido a la expiración de sus visados. Si bien las operaciones en Gaza y Cisjordania no se han visto afectadas por ahora, la agencia se enfrenta a una presión significativa por parte de Estados Unidos bajo la administración Trump. El presidente estadounidense ha propuesto reasentar a los palestinos en Gaza en países árabes vecinos y tomar el control a largo plazo de Gaza, una propuesta que Lazzarini considera «totalmente irreal» y una forma de «limpieza étnica». Estados Unidos no ha reanudado la financiación de la UNRWA desde enero de 2024, tras las acusaciones de Israel de que el personal de la UNRWA en Gaza participó en el ataque de Hamas contra el sur de Israel en octubre de 2023. Si bien otros países donantes han reanudado la financiación, Estados Unidos sigue siendo el único gran contribuyente que retiene el apoyo. Lazzarini ha pedido a los países árabes del Golfo y a otros donantes que aumenten sus contribuciones, describiendo a la agencia como objetivo de una «campaña masiva de desinformación» destinada a desmantelarla. Los oponentes de la UNRWA argumentan que la agencia prolonga el conflicto israelí-palestino al otorgar el estatus de refugiado a los descendientes de refugiados palestinos, manteniendo así su derecho al retorno. Lazzarini destaca que la UNRWA proporciona servicios públicos esenciales a 2,5 millones de refugiados palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, así como a 3 millones más en Siria, Jordania y Líbano. Argumenta que el mandato de la agencia solo debería finalizar como parte de un proceso político que conduzca a un estado palestino, permitiendo que la UNRWA entregue sus servicios a una institución palestina. La alternativa, advierte, sería el colapso de la agencia, lo que provocaría más sufrimiento para una de las poblaciones más vulnerables de la región.