El 22 y 23 de septiembre de 2024, en la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas, se hizo un llamado a los estados para que respalden un Pacto por el Futuro orientado a la acción, destinado a revitalizar el multilateralismo. El Pacto enfatiza la importancia de actores no estatales diversos, en particular organizaciones filantrópicas privadas, en la configuración del desarrollo internacional.
La cumbre destacó la necesidad de reconocer la filantropía privada en la Agenda post-2030, ya que estas organizaciones desempeñan un papel crucial en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y los derechos humanos. La financiación filantrópica para el desarrollo totalizó 42 mil millones de USD entre 2016 y 2019, lo que demuestra su creciente influencia en el panorama del desarrollo global.
Los participantes se comprometieron a redirigir recursos hacia países de bajos ingresos y organizaciones de base, abogando por un marco político global más inclusivo. Además, la cumbre pidió enfoques de financiación innovadores para mejorar la efectividad de los esfuerzos filantrópicos en la atención de desafíos globales, incluido el cambio climático y las desigualdades sociales.