La Presidencia de Ucrania revoca la nacionalidad de Gennadiy Trukhanov, alcalde de Odesa, e impone administración militar en la ciudad portuaria

El 14 de octubre de 2025 marcó un punto de inflexión en la gestión de Odesa. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, rubricó un decreto que formaliza la retirada de la nacionalidad ucraniana al alcalde de la ciudad, Gennadiy Trukhanov. Esta drástica medida se fundamentó en la información proporcionada por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), cuyos hallazgos, según la agencia, confirmaban que Trukhanov poseía la ciudadanía de la Federación Rusa.

La SBU aportó pruebas contundentes para sustentar su decisión. Entre ellas, se destacó una copia del pasaporte ruso para viajes al extranjero, emitido el 15 de diciembre de 2015 con una validez de diez años, y que, de acuerdo con los servicios especiales, permanece vigente. La agencia de seguridad señaló que, si bien un tribunal en la región de Moscú dictaminó la anulación del pasaporte interno ruso en 2017, este hecho no invalida la nacionalidad de la Federación Rusa, la cual fue adquirida legalmente y sigue siendo efectiva.

Gennadiy Trukhanov, quien ha ejercido como burgomaestre desde 2014, rechazó categóricamente las acusaciones presentadas por el SBU. El edil anunció inmediatamente su intención de impugnar la orden ejecutiva. Planea llevar su caso ante el Tribunal Supremo de Ucrania y, si fuera necesario, recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Trukhanov enfatizó que continuará desempeñando sus funciones como alcalde hasta que el consejo municipal tome una decisión formal al respecto, manteniendo su postura desafiante.

Este movimiento político generó una intensa conmoción social y un fuerte respaldo público a la decisión presidencial. Una petición alojada en el portal oficial de la Presidencia, que exigía la anulación de la ciudadanía del alcalde, superó la cifra de 25,000 firmas en menos de veinticuatro horas, reflejando el sentir popular. El decreto no se limitó a Trukhanov; también afectó a otras figuras públicas conocidas por sus posturas prorrusas, como el exdiputado Oleg Tsarev y el artista de ballet Sergey Polunin, lo que amplía el alcance de la purga administrativa.

La consecuencia más significativa de estos acontecimientos fue el anuncio del presidente Zelensky sobre la instauración de una administración militar en Odesa, citando la existencia de “cuestiones de seguridad no resueltas”. El jefe de Estado explicó que esta medida busca proporcionar a la ciudad “mayor protección y un apoyo más robusto”, dado que Odesa había acumulado numerosos problemas de seguridad que no habían recibido la respuesta adecuada durante un largo periodo. La decisión subraya la importancia crítica de la ciudad como un centro logístico y portuario clave para Ucrania. Los analistas interpretan la introducción de la administración militar como un mecanismo directo para reforzar el potencial defensivo de este enclave estratégico. La designación del líder de esta nueva estructura de gobierno se espera que se resuelva en breve, marcando el inicio de una nueva etapa administrativa.

Para los habitantes de la urbe, este suceso marca un cambio de paradigma en la gobernanza, justo en un momento crítico. Mientras el exalcalde busca vías legales para revertir su estatus, la atención pública se centra ahora en la integración de la nueva estructura de poder y la reasignación de competencias bajo la amenaza externa intensificada. La expectativa es alta respecto a cómo la nueva administración abordará los desafíos de seguridad y la gestión civil. La transición promete ser compleja, redefiniendo la administración de Odesa en un contexto geopolítico volátil y de alta presión militar.