El 25 de julio de 2025, cientos de tunecinos se manifestaron en la capital, Túnez, para protestar contra el presidente Kais Saied, marcando el cuarto aniversario de sus acciones para consolidar el poder en 2021. Los manifestantes marcharon por la Avenida Habib Bourguiba, exigiendo la liberación de líderes de la oposición, periodistas y activistas detenidos, y denunciando lo que consideran un régimen autoritario que ha transformado al país en una "prisión a cielo abierto".
Desde que asumió el poder en 2021, Saied ha disuelto el parlamento y asumido el control ejecutivo, medidas que sus opositores califican de golpe de estado y que han sido ampliamente condenadas como un retroceso democrático. La represión contra la oposición se ha intensificado, con arrestos masivos y juicios considerados políticamente motivados. Entre los detenidos se encuentran figuras prominentes como Rached Ghannouchi, líder del partido Ennahda, y Abir Moussi, del Partido Desturiano Libre.
Además de la represión política, la situación económica de Túnez ha empeorado, con altos niveles de desempleo e inflación, lo que agrava el descontento social. Organizaciones internacionales han expresado su preocupación por el deterioro de las libertades civiles y la independencia judicial en el país.
La comunidad internacional observa de cerca la situación en Túnez, instando al gobierno a respetar los derechos humanos y restaurar las instituciones democráticas. La capacidad de los tunecinos para encontrar soluciones pacíficas y construir un futuro basado en la justicia y la libertad es fundamental para el futuro del país.